La fauna de las Islas Canarias presenta una compleja diversidad
debido dos factores determinantes, insularidad y clima.
Originadas a principios del Mioceno,
las Islas Canarias han estado desde siempre aisladas del continente, lo que se
refleja en su fauna con pocas especies y muchos endemismos. Éste fenómeno se repite en muchos
otros archipiélagos del mundo como las islas
Galápagos, Australia,Madagascar o Nueva
Zelanda. En el caso canario además hay que destacar la inclusión del
archipiélago dentro de la Macaronesia,
región de carácter volcánico especialmente rica en una microfauna de especies y
subespecies endémicas.
Por otro lado, las
variedades climatológicas y paisajísticas dadas dentro de las islas Canarias repercuten en esa diversidad
zoológica. Así, las islas más orientales, Lanzarote, Fuerteventura, Lobos, el
archipiélago Chinijo, poseen espacios con hábitats semidesérticos e
influenciadas por la presencia cercana del Sáhara.
Bien diferentes son las islas más occidentales, que albergan bosques de pino canario y laurisilva debido a la influencia climática de
los vientos alisios. En general,
y dejando a un lado los endemismos, las especies presentes son propias del
Mediterráneo y el Norte de África.
La transformación
económica y demográfica de las últimas décadas en las islas ha repercutido en
el medio ambiente insular. Un buen número de reptiles, aves y mamíferos
endémicos se encuentran amenazados de extinción; diversos planes de protección,
reproducción y conservación intentan evitar su total desaparición. También la
creación de parques nacionales y otros espacios protegidos contribuyen a la
perpetuación de especies que no se encuentran fuera de las islas.
